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Las plantas de cannabis con tres conjuntos de cromosomas, conocidas como plantas triploides, están siendo objeto de un gran interés en la industria del cannabis en los últimos años. Las plantas triploides son raras y ocurren naturalmente en tasas extremadamente bajas, pero también pueden crearse intencionadamente mediante técnicas de reproducción y manipulación genética.
La poliploidía se produce cuando el ADN, en vez de agruparse en parejas de cromosomas (diploide), se presenta en grupos de tres (triploide), cuatro (tetraploide) o más juegos de cromosomas. Los humanos poseemos 23 pares de estos cromosomas que nos hacen diploides, ya que todos ellos están hermanados en parejas (uno del padre y otro de la madre) en el núcleo de las células. Las plantas de cannabis, por otro lado, también son diploides con solo 10 pares de cromosomas. Pero la triploidía (3 juegos de cromosomas) e incluso la tetraploidía (4 juegos de cromosomas, 2 femeninos y 2 masculinos) son posibles.
En el cannabis, como en la mayoría de las plantas, pueden ocurrir mutaciones espontáneas que dan como resultado una duplicación de los genomas diploides y conducen a individuos tetraploides (4 copias) u octoploides (8 copias) y más. Las plantas pueden incluso ser naturalmente triploides, pero rara vez sucede.
Por esta razón, los científicos han desarrollado una forma de crear cualquier triploide que deseen simplemente cruzando un tetraploide con un diploide. Este proceso para obtener este tipo de plantas se ha utilizado desde principios del siglo XX para mejorar muchos otros cultivos, particularmente aquellos en los que se busca optimizar características agronómicas valiosas.
De hecho, el desarrollo de variedades triploides ha sido un gran paso adelante en muchos cultivos comerciales, incluidos el maíz, el trigo, la sandía, las manzanas o los plátanos. Alrededor del 30 % de los cultivos que los humanos explotan comercialmente son el resultado de prácticas poliploides.
Por ejemplo, un plátano “normal” tiene semillas grandes y gordas y casi no es comestible. Pero los plátanos que compramos en el supermercado son todo pulpa y fáciles de comer porque son triploides sin semillas. Lo mismo ocurre con la sandía sin semillas, las uvas sin semillas o las naranjas.
Pero las plantas triploides también pueden tener una fertilidad reducida y otras características que dificultan su cultivo. Sin embargo, esta fertilidad reducida no es una maldición en el mundo de la marihuana, sino posiblemente una de las características más importantes del cannabis triploide.
A diferencia de las plantas diploides, que producen semillas cuando se polinizan, las plantas triploides son generalmente estériles y no pueden producir semillas viables. Esto es una gran ventaja para los cultivadores que buscan prevenir la polinización accidental y mantener una cosecha de plantas de cannabis sin semillas, evitando la consiguiente pérdida de potencia en las plantas femeninas.
También las plantas de cannabis triploides tienden a tener hojas más grandes, tallos más gruesos y más ramas que las plantas diploides. Además, pueden producir más tricomas. Y en términos de color, las plantas triploides adquieren un tono de verde más oscuro que las plantas diploides, con hojas que pueden estar ligeramente rizadas o retorcidas.
En cuanto a la potencia, se ha demostrado que las plantas de cannabis triploides tienen niveles más altos de cannabinoides, incluidos THC y CBD, que las plantas diploides. También pueden ser más resistentes al estrés ambiental, como la sequía o las altas temperaturas; y tener una mayor capacidad de adaptarse a los cambios en su entorno, por lo que pueden ser más adecuadas para crecer en climas severos o áreas con agua o nutrientes limitados.
En general, las plantas de cannabis triploides ofrecen varias ventajas convincentes para los cultivadores y criadores. Si bien pueden requerir técnicas especializadas y una atención más cuidadosa que las plantas diploides, los beneficios potenciales las convierten en una inversión que vale la pena para quienes buscan maximizar el rendimiento y la potencia del cannabis, haciéndolas que sean potencialmente más rentables para los cultivadores, especialmente en áreas donde el cannabis es legal y está regulado.
Además de eliminar el problema de la polinización accidental, el cannabis triploide también tiene el beneficio de poder reproducir selectivamente las plantas para elegir qué características mejorar.
El cannabis triploide posee tres copias de cada cromosoma, con dos donadas de sus parentales y una copia adicional. Y es posible seleccionar cuidadosamente a los padres para suministrar estos cromosomas en función de los rasgos deseados, abriendo numerosas oportunidades de mejoramiento para crear genéticas altamente especializadas. Es decir, agregar un cromosoma adicional (o varios) significa que estás aumentando la cantidad de fenotipos con los que puedes trabajar, lo que a su vez aumenta el alcance de cómo puede verse el cannabis.
El proceso de obtener semillas de cannabis triploides implica la manipulación genética para lograr una planta con tres juegos completos de cromosomas en lugar de los dos habituales (diploides). Los pasos básicos son:
Es fundamental recordar que la manipulación genética y la obtención de semillas triploides deben realizarse cumpliendo con la legislación vigente y los protocolos éticos en cada país. Por eso todavía estamos en los albores de la genética de cannabis triploide y aún no se han lanzado variedades comerciales plenamente desarrolladas. Pero muchos esperan que la triploidía signifique una revolución, ya que el cannabis a prueba de polen y las ventajas competitivas que ofrece ayudarán a que la producción de marihuana pase del cultivo artesanal a la división de agricultura a gran escala.
El cannabis triploide ha sido visto por primera vez en girlsseeds.com/blog
