En el mundo del cannabis, existen muchos nombres para referirse a esta planta. Cannabis, cáñamo y marihuana son los más comunes, pero existen grandes diferencias entre ellos, algunas botánicas, otras culturales. Aquí desglosaremos la anatomía, la historia, el uso y la legalidad de la planta de cannabis para llegar al corazón, no solo de lo que distingue al cáñamo de la marihuana, sino también de lo que lo convierte en un producto tan versátil.
¿Por qué el cannabis se ha convertido en una planta tan escurridiza y confusa de la que hablar? Es porque su historia es compleja y, a lo largo de los años, la gente ha llamado al cannabis con diferentes nombres que se han convertido en parte de la cultura popular. Pero la mayoría de las personas en realidad no entienden lo que significan los diferentes términos comunes del cannabis. Por eso es conveniente explicarlos.
¿Qué es el cannabis?
La palabra cannabis es un término taxonómico que se refiere a un género de plantas con flores que son miembros de la familia Cannabaceae, que incluye alrededor de 170 especies de plantas. El género a menudo se divide en tres especies: Cannabis sativa, Cannabis indica y Cannabis ruderalis.
Los orígenes del género cannabis no se comprenden claramente, ya que la falta de evidencia fósil significativa dificultó a los botánicos ubicar su divergencia evolutiva con respecto a otros organismos. Pero los investigadores han determinado que el cannabis probablemente se separó de un ancestro común con su género más relacionado, Humulus (la familia del lúpulo), hace unos 27,8 millones de años.
Independientemente de esto, “cannabis” es en realidad una clasificación más amplia que contiene tanto plantas de cáñamo como plantas de marihuana. Pero mientras que la marihuana proviene tanto de la planta de Cannabis indica como de la de Cannabis sativa, el cáñamo pertenece únicamente a la especie de Cannabis sativa.
¿Qué es el cáñamo?
Así, el cáñamo es un tipo específico de cannabis conocido científicamente como Cannabis sativa L., un nombre que ha sido la base de su taxonomía desde 1753, cuando el botánico sueco Carl Linnaeus la identificó por primera vez en su trabajo Species Plantarum, usando el término latino “sativa” (satīvus), que significa que era una planta cultivada intencionalmente por humanos, principalmente en Europa y el oeste de Eurasia, por su fibra y semillas.
De hecho, el cáñamo es una de las plantas más versátiles que ha conocido la humanidad. El tallo puede utilizarse para la fabricación de textiles o el desarrollo de biocombustibles. Las semillas se comen o se emplean para crear aceite, mientras que las flores se pueden usar para extraer CBD para usar en una amplia gama de productos.
Pero aunque ambos son parte de la misma familia, el cáñamo y la marihuana tienen características diferentes. Las plantas de cáñamo contienen niveles muy bajos del fitocannabinoide psicoactivo conocido como tetrahidrocannabinol (THC). Sin embargo, contiene altos niveles del cannabidiol (CBD), el fitocannabinoide no psicoactivo. De hecho, el CBD derivado del cáñamo se está convirtiendo rápidamente en una de las formas más populares de obtener este cannabinoide en el mercado actual.
¿Qué es la marihuana?
La concentración de THC es una línea que define legalmente el cáñamo y la marihuana en la mayoría de los países. Así, el cáñamo se define generalmente como plantas de Cannabis sativa L. que contienen menos de 0,3% de THC, por lo que apenas provoca efectos psicoactivos. Las plantas que superan el límite de THC del 0,3% se consideran marihuana y generalmente se cultivan para provocar ese “subidón” que se asocia a su consumo.
Mientras que el cáñamo se considera un cultivo industrial con alto interés agronómico, los altos niveles de THC de las plantas de marihuana provocan efectos intoxicantes cuando se consumen, por lo que es una planta ilegal según el marco internacional para el control de drogas. Sin embargo, varios países ya han rechazado la prohibición de la marihuana y tienen programas activos para cultivar y dispensar marihuana para uso médico y/o recreativo.
El término se originó de la palabra del español mexicano “marihuana” y fue popularizado en Estados Unidos por los opositores a la planta que querían estigmatizarla, culpando a la marihuana, junto con mexicanos, latinos y negros, de muchos de los problemas del país. Si bien sus raíces son despectivas y racistas, el término se ha convertido en parte de muchas culturas, sin darse cuenta de su contexto peyorativo.
Otras diferencias entre cáñamo y marihuana
Además de la nomenclatura popular o del estatus legal, otro aspecto importante es el morfológico. Las plantas de cáñamo tienden a diferir de las plantas de marihuana en su aspecto, que se ha ido acentuando a través de cientos de años de selección y domesticación.
Así, las plantas de cáñamo, son más delgadas, espigadas y tienen un follaje escaso, con una apariencia similar al bambú, ya que su objetivo es conseguir fibra o semillas. Las plantas de marihuana son más compactas y tienen flores espesas y exuberantes, pues generalmente se cultivan por sus propiedades eufóricas, relajantes y psicoactivas.
También producen distintos niveles de resina. Los cogollos de marihuana y, en menor medida, las hojas suelen contener grandes cantidades de resina, mientras que las plantas de cáñamo contienen bastante menos. Entonces se deduce que la marihuana ofrece una fuente de cannabinoides más abundante que el cáñamo. Es decir, se necesita una cantidad mucho mayor de material vegetal para extraer la misma cantidad de, por ejemplo, aceite de CBD del cáñamo que de la marihuana.
Conclusión
Hoy en día, cannabis y marihuana a menudo se usan indistintamente, lo que puede causar confusión. Aunque también es cierto que el término cannabis se emplea más cuando se habla de cannabis medicinal y marihuana se utiliza a menudo para describir el uso de cannabis para adultos (recreativo).
Pero, debido a que la palabra “cannabis” técnicamente se refiere a todo el género de plantas con flores que incluye tanto el cáñamo como la marihuana, no es del todo exacto excluir el cáñamo cuando se usa el término. Así, cáñamo y marihuana sirven para distinguir entre variedades de plantas pertenecientes a la misma especie (Cannabis sativa), pero que en realidad son muy distintas y, además, se encuentran en lados totalmente opuestos de la ley.